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Obesidad: ¿Enfermedad o moda?

Mitos y realidades de la obesidad

La obesidad no es solo un tema de peso, sino una condición que puede influir en muchas enfermedades. Tener demasiada grasa en el cuerpo puede aumentar el riesgo de padecer diabetes, presión arterial alta, problemas del corazón, dificultades para respirar y ciertos tipos de cáncer. No solo depende de cuánto comemos o cuánto ejercicio hacemos; también hay factores genéticos, hábitos diarios y hasta el entorno que influyen en el desarrollo de la obesidad. Nuestro cuerpo tiene un tipo de grasa que actúa como una fábrica de hormonas. Estas hormonas pueden afectar el metabolismo, el corazón y el sistema inmunológico. En personas con obesidad, algunas de estas sustancias aumentan la inflamación en el cuerpo y pueden causar resistencia a la insulina, lo que significa que la glucosa no entra correctamente en las células, aumentando el azúcar en la sangre y favoreciendo el desarrollo de diabetes. Además, la obesidad puede dañar el corazón porque el cuerpo necesita más sangre y oxígeno cuando hay más grasa, lo que hace que el corazón trabaje más. También puede generar inflamación en los vasos sanguíneos, aumentar la presión arterial y provocar enfermedades cardiovasculares. En cuanto al cáncer, se ha descubierto que el exceso de grasa puede estar relacionado con al menos 13 tipos de cáncer, debido a cambios hormonales y problemas en la forma en la que las células crecen. El exceso de peso también afecta la respiración, especialmente durante el sueño, provocando apnea del sueño, una condición en la que la respiración se detiene por cortos períodos de tiempo mientras dormimos. Esto puede causar cansancio durante el día y aumentar el riesgo de problemas del corazón. También puede dañar las articulaciones, causando osteoartritis, porque el peso adicional genera presión sobre ellas. Lo bueno es que la actividad física ayuda mucho. Se recomienda hacer ejercicio de forma regular, al menos cinco días a la semana, combinando actividades aeróbicas como caminar o andar en bicicleta con ejercicios de resistencia como levantar pesas ligeras. Esto no solo ayuda a perder peso, sino que mejora la salud en general, reduce el estrés y mejora el estado de ánimo.

Algunas personas pueden necesitar medicamentos para ayudarles a perder peso, especialmente si tienen obesidad y problemas de salud relacionados, como diabetes o presión alta. Los médicos suelen recetarlos cuando la dieta y el ejercicio por sí solos no son suficientes.

Actualmente hay multiples medicamentos aprobados por la COFEPRIS que son una excelente opción para control de peso, ayudando no solo a disminuirlo, sino que mejoran las condiciones que rodean la enfermedad, como por ejemplo la apnea del sueño, la hipertensión arterial y un mejor control de la diabetes. Al momento de romper el desequilibrio derivado de la obesidad, los pacientes mejoran su calidad de vida de una manera notable.

¿Cómo saber si estos medicamentos son adecuados? Nosotros evalúamos a cada paciente antes de recetarlos. Se recomienda probarlos por unos meses y, si funcionan bien, continuar el tratamiento. Si no hay buenos resultados, se debe suspender. Lo más importante es recordar que los medicamentos son solo una ayuda. Para perder peso de forma saludable, siempre es necesario hacer cambios en la alimentación y mantenerse activo.

Antes de pensar en cirugía, danos la oportunidad de analizar tu situación, y evaluar la posibilidad de perder de 25 a 30% de tu peso con medicamentos. La incorporación de estos nuevos medicamentos abre una alternativa para el control del sobrepeso. Juntos encontraremos la mejor solución.

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